31 enero, 2011

Resistirse al cambio es como querer congelar el agua del río para bañarse siempre en las mismas aguas.
Cambio es revolución, y ninguna revolución puede ser amable, confortable, cómoda.
Si no cambias con el cambio un día abrís los ojos y ves que todo cambió, y ahí estás perdido en lo desconocido.
El cambio es una cuestión de tiempo. De tanto mover el árbol al final la fruta siempre cae. Y cuando el cambio llega no deja lugar a dudas. CAMBIA TODO, ARRASA, TRANSFORMA, muta.





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